Origen del Arco Compuesto
El Tiro con Arco es el arte, deporte, práctica o habilidad de utilizar un arco para disparar flechas. A una persona que practica el tiro con arco se le llama arquero o arquera, y a una persona aficionada o experta en tiro con arco se le llama a veces toxofilita.
El tiro con arco se ha utilizado históricamente para la caza y el combate, pero en los tiempos modernos es principalmente un deporte de competición y una actividad recreativa.
Historia del Arco Compuesto
Los primeros indicios del uso del tiro con arco a caballo se remontan al segundo milenio antes de Cristo. El arco compuesto fue perfeccionado sin cesar desde sus orígenes en el segundo milenio a.C. hasta el siglo XVII por los pueblos de Asia Central y Oriente Próximo.
Tenía mucha más potencia que cualquier arco de una sola pieza y era más ligero, pero también mucho más caro y frágil. A finales del Paleolítico, se utilizaba el arco simple o «monolítico», formado por una sola pieza de madera.
Con el paso del tiempo, los arcos monolíticos evolucionaron hacia versiones más complejas, como el arco compuesto, y se empezó a utilizar el bambú como material para los arcos.
A finales del siglo XVI, Zhao Lihun, un famoso experto chino en arcos, sintetizó el uso del bambú y el cuerno para fabricar arcos de mayor resistencia y flexibilidad. Este nuevo arco recibió el nombre de arco compuesto, convirtiéndose en un arma crucial para los ejércitos de la época.
La tradición mongola de tiro con arco se estancó cuando la arquería se prohibió oficialmente en Mongolia tras la invasión china de la dinastía manchú. Aunque la dinastía Qing conservó el tiro con arco con fines militares, muchos grupos mongoles ya se habían pasado a las armas de fuego.
Este grabado que muestra a un arquero mongol a caballo, disparando con el arco tradicional de la dinastía Qing, data de finales del siglo XIX.
Los emperadores de la dinastía Qing sentían pasión por el tiro con arco, por lo que intentaron mantener viva la tradición china de la arquería. En el siglo XVIII, el espíritu de los entusiastas del tiro con arco se mantuvo vivo gracias a la autoproclamada «Brigada de Arqueros», un grupo de hombres salvajes y de espíritu libre.